La modalidad ofrece a visitantes admirar galaxias a través de sus sentidos
¿Con cuánta frecuencia ha sido consciente de la estrecha relación que guarda su existencia con el espacio en que habita? Mucho antes de que comenzara la vida en la Tierra, los elementos químicos que la han hecho posible y que conforman también a los seres humanos fueron concebidos en estrellas que nacieron, incluso, antes que el Sol de nuestro sistema solar.
Cuando las personas reparan en ello a través de sus sentidos, el resultado es una experiencia que los conecta con la naturaleza de la que forman parte. Esta es la propuesta que se hace desde el astroturismo, una modalidad incipiente en República Dominicana que busca sacar el mayor provecho de la vista nocturna que ofrece el cielo para narrar la historia de los astros desde el Caribe.
“Combinamos elementos de disfrute, como una buena comida o bebida, mientras les damos a las personas una explicación de la correlación de lo que están disfrutando con el cielo”, describe Manuel Grullón, un amante del espacio que, como miembro de la Sociedad Dominicana de Astronomía, aprovechó sus conocimientos y algunos de los telescopios en los que fue invirtiendo como aficionado para fundar, en 2017, la empresa M42 Astrotours.
A diferencia de los museos, donde los cielos se recrean para que las personas entiendan las fases de una estrella y los lentes permanecen estáticos a la espera de que sean contempladas a través de ellos, el emprendimiento invita a turistas extranjeros y locales a un “show” con actores y actrices que interpretan la historia del universo y de la humanidad, con figuras relevantes desde el punto de vista astronómico.
Este enfoque inmersivo le ha permitido trasladar los 11 telescopios con los que cuentan (de los cuales tres ha sido fabricados a nivel local) a todo tipo de escenarios: bodas, propuestas de matrimonio, eventos especiales, clubes vacacionales y, sobre todo, a sus clientes potenciales: hoteles de gama media y alta de la zona de Punta Cana, provincia La Altagracia, que quieren ofrecer a sus huéspedes una experiencia distinta e innovadora.
Maroju, el teleobjetivo más grande de la empresa, tiene ensamblado un lente que fue usado desde el laboratorio de propulsión jet y de ciencias marcianas de la NASA, garantizando su calidad y amplia visibilidad de cuerpos celestes en cielos oscuros.
Cualificados a través de la práctica, consulta constante de la literatura y talleres de astronomía tomados con universidades extranjeras, las 11 personas que conforman el equipo de trabajo se encargan de montar la logística para recibir a los visitantes con las mejores amenidades disponibles y adaptadas a las condiciones que ofrece el cielo abierto.
Entre febrero de 2020 y febrero de 2021, más de 5,000 turistas participaron de las actividades de observación astronómica.
“Sin procurar perder la rigurosidad de lo que decimos, nos gusta hacer (la actividad) accesible y divertida, porque esa es la manera en la que entendemos que podemos tener un producto atractivo para los turistas y eventos”, explica Grullón, resaltando que el astroturismo tiene la ventaja de que, como el cielo es diferente durante todo el año dependiendo de la estación, la cantidad de contenidos sobre los astros que se pueden ofrecer “es casi infinita”.
“Este es un contenido que crea una conexión con las personas casi espiritual, porque cuando abordamos temas puntuales de manera llana, con buenas analogías, la gente entiende de que los seres humanos están hechos de eso que están viendo”.
Ecoviajes en otros lugares de República Dominicana
Para los interesados en vivir la experiencia fuera de los hoteles, M42 Astrotours coordina viajes al interior de República Dominicana, en la que los visitantes locales pueden disfrutar de una noche de vista de galaxias, nebulosas y otros “objetos más singulares y difíciles de ver que requieren un ambiente menos contaminado”.
Los grupos pueden ser de hasta un máximo de 30 viajeros, quienes tendrán incluido desayuno, almuerzo, transporte y alojamiento en un hotel Ecolodge a un precio promedio de RD$8,300 por persona. Tanto la línea suroeste, iniciando en Baní, provincia Peravia, como la noroeste, tomando a Puerto Plata o el municipio de Cabrera como puntos de partida, ofrecen paisajes a cielo abierto propicios para la observación de estrellas.
La empresa se mantiene en exploración de nuevos destinos donde se pueda implementar este tipo de turismo, como Azua y, recientemente, el Valle Nuevo de Constanza, donde se han podido realizar observaciones nocturnas con éxito pese a la humedad de esta zona en particular, condición climática que no suele ser favorable para los telescopios.
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