El turismo rural comprende las actividades turísticas que se realizan en entornos rurales, en donde la propuesta de valor es creada a partir de las actividades cotidianas del entorno, con integración de sus comunitarios, en donde la materia prima está sustentada en su cultura, naturaleza y el diario vivir de sus gentes.
La Organización Mundial del Turismo (OMT), afirma que este tipo de actividad, desarrollada en entornos no urbanos, requiere baja densidad demográfica, paisajes y ordenación territorial en donde la agricultura y la silvicultura son elementos esenciales.
El barómetro elaborado por esa organización, en enero de 2022, planteó un crecimiento del sector turístico en una pendiente que se mantendrá constante, con incrementos que irán del 30% al 78%, con tendencias muy marcadas, como:
- Más viajes a destinos nacionales.
- Aumentos de escapadas cortas.
- Tendencia de reservas a última hora.
- Mayor demanda de productos turísticos vinculados con la naturaleza y actividades al aire libre.
- Alta inclinación al turismo rural.
- Conciencia incrementada hacia lo sostenible, sustentable y responsable.
República Dominicana desde 2007 ha incluido las experiencias de ocio en la ruralidad como parte de su estrategia de desarrollo de una oferta turística diversificada, siendo estas la punta de lanza de destinos emergentes, como San José de Ocoa, Constanza, Jarabacoa; y de enclaves tradicionales como Puerto Plata.
La comunidad Llanos de Pérez en el municipio de Imbert en Puerto Plata fue el primer lugar que se puso en marcha un proyecto de turismo rural en donde la comunidad se integró para de manera sostenible ofrecer un producto diferenciador en el marco de un área protegida, Los Saltos de Damajagua.
En 2007 unos 35 mil turistas conocieron ese monumento natural, el cual en 2019 recibió su pico más alto de visitantes con unos 119,000 turistas, récord de visitación superado este noviembre de 2022 ante un nicho de mercado en constante evolución.
La pandemia Covid19 ha humanizado aún más la actividad turística, haciendo del turismo rural, una actividad en crecimiento y eje fundamental de la recuperación turística en una gran cantidad de países.
Visto con miras de futuro, en el marco de una estrategia de turismo diversificado, República Dominicana se enfrenta a importantes retos para un desarrollo definitivo de su turismo rural, entre las más relevantes se encuentra:
- La creación de políticas públicas que favorezcan la creación de nuevas propuestas de turismo rural y el fortalecimiento organizativo de las ya existentes.
- La integración en el sistema de inteligencia turística del MITUR, del turismo rural, de forma tal que se pueda conocer la oferta existente, derrama económica y potencialidad por área geográfica.
- El fomento y desarrollo de una oferta académica, técnico – profesional, vinculada con el desarrollo rural y las áreas transversales que le impactan.
- La generación entre locales y visitantes un compromiso con la preservación del medio ambiente.
- La disminución de la brecha digital en las comunidades rurales, haciéndose valer de las nuevas tecnologías para la promoción y comercialización de la oferta de turismo rural.
Conscientes de que el turismo rural es una de las formas más humanas de conectar con las comunidades y su medio ambiente, entendemos esta modalidad de turismo como una opción para la diversificación turística en estos nuevos tiempos.
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