Son jóvenes talentosos, llenos de vida y con muchas ganas de superación. Su norte es que la industria cultural y creativa de República Dominicana sea reconocida internacionalmente.
A ellos no solo les basta con ganar dinero, sino con desarrollar sus comunidades a través de lo que hacen diariamente, que va más allá de un simple trabajo que se busca para sobrevivir. A ellos los une la economía naranja.
Para ser creativos, no basta con trabajar ocho horas al día porque la idea puede fluir en cualquier momento, incluso segundos antes de irse a la cama.
“Si invertimos en las artes y la cultura, a todo el mundo le irá mejor.”
Micky Ogando, cofundador de La Vaina Nostra
Estos jóvenes tienen una idea muy clara, y es que los dominicanos pueden exportar más que frutas o productos de las zonas francas. Su sueño compartido es que desde aquí puedan ofrecer servicios creativos al mundo.
Esa es la motivación de que en medio de la pandemia, un grupo de creativos se reuniera y fundara “La Vaina Nostra”, un movimiento que tiene como fin acercar el talento dominicano a la economía creativa internacional.
Listín Diario conversó con los cofundadores del proyecto y miembros para que sean los rostros de la economía naranja los que presenten los beneficios que tiene la industria creativa y cultural para el futuro y el desarrollo integral de las nuevas generaciones.
Micky Ogando, quien es presidente y fundador de Bakery, una de las más destacadas agencias creativas de Austin, Texas, con oficinas en Nueva York y Tokio, es uno de los confundadores de La Vaina Nostra. Él explica la razón de ser de este proyecto: “Queremos ayudar a los jóvenes que son los que cuando no estemos harán lo mismo que nosotros frente a obstáculos que no existen en muchos países de Europa (…) Es cambiar que es ser alguien talentoso y como definimos”.
Para Micky, el dominicano es gente colorida y con muchos cuentos por hacer, una ventaja que se debe aprovechar. La creación de la Vaina Nostra fue motivada por la colaboración entre creativos de que juntos pueden brillar en el mundo poniendo en alto en nombre del país porque para ellos, República Dominicana es más que béisbol y hermosas playas.
Micky, quien tiene clientes de marcas globales reconocidas como Audi, Kellogg’s y Nike, cree que el dominicano, a través de sus habilidades puede quedarse en el país viviendo, pero ganando en dólares, lo que a su vez genera divisas para la economía local.
En el futuro, él espera que la gente vea en las carreras creativas una gran oportunidad al mismo nivel que la medicina o el derecho.
El famoso creativo Poteleche
Es muy reconocido en los medios sociales por sus tiras cómicas que reflejan la realidad dominicana, pero su creatividad es más que eso. Rafael de los Santos, conocido como Poteleche, también se desarrolla como ilustrador y director creativo y es socio de la agencia Modafoca.
Son muchas las tiras cómicas de Poteleche que se hacen virales, pues el dominicano se siente muy identificado con ellas. Él plantea que los dominicanos creativos están al mismo nivel que profesionales de otros países.
“Este es el ‘momentum’, así como hay gente loca con el K-Pop, sin entender nada, así hay gente de Rumania y otros países bailando dembow en TikTok y ya tu ves que los artistas de aquí están subiendo aunque a mucha gente le guste o no. Esta isla siempre ha tenido su ‘momentum’. Los muchachos de aquí están haciendo muchas cosas”, comenta Poteleche.
Este ilustrador cuenta la anécdota de que hace unos meses estaba en una videollamada con un grupo de boricuas en donde hablaban sobre el cine. Ahí, los puertorriqueños pusieron como referencia el cine dominicano, del cual creen deben tomar las buenas prácticas que actualmente están teniendo los directores locales.
Sin fronteras
Ralph Joseph es un productor y gestor cultural dominicano que reside en Estados Unidos, pero aunque está lejos físicamente del país, con la tecnología se ha acercado a jóvenes que residen aquí que desean formar parte de esta industria.
“A veces los dominicanos vemos lo de afuera como lo mejor y nadie sabe de lo que somos capaces. Dentro de La Vaina Nostra estamos tratando de dialogar con personas que dentro y fuera de la isla tienen éxito para que puedan exponer su experiencia y la gente pueda organizarse y que por falta de conocimiento no elevemos nuestro talento”, argumenta Joseph.
El productor audiovisual, quien también forma parte del movimiento cultural y creativo La Vaina Nostra, confía en el talento local, pero menciona dos retos: que todos trabajen en la misma vía y que se promocione más el trabajo de los creativos.
Joseph valora que actualmente el Gobierno está dando apoyo a la economía naranja, sin embargo, considera que no se puede dejar solo a los actores públicos, invitando a los profesionales audiovisuales a también aportar su granito de arena.
“En Colombia funcionó así, todo el mundo estaba en la misma página: gobierno, sector privado, creativos… Nosotros estamos al mismo nivel de ellos, pero no estamos organizados por lo que La Vaina Nostra viene para crear un directorio estandarizado”, explica Joseph.
Evaristo Angurria
Son muchas las personas que atraídas por los murales callejeros de Evaristo Angurria, visitan destinos locales para hacerse sus fotos y subirlas a sus redes sociales.
Definir a Angurria es fácil: “De los Alcarrizos para el mundo”. Esta frase le queda como anillo al dedo, pues este ilustrador dominicano y amante del arte ya es conocido a nivel internacional, incluso los muralistas de Nueva York lo toman como un ejemplo.
Angurria ha llevado su arte tan lejos que ha sido contratado para pintar murales en las calles de Los Ángeles, California y Miami, Florida de los Estados Unidos.
Para Angurria, regresar a su barrio, donde nació y se crió, y llevar su trabajo y su arte, es una emoción indescriptible.
Los murales han cambiado la cara de varias calles dominicanas, demostrando que la industria cultural y creativa es un factor de desarrollo económico y social.
Angurria participó en la animación inicial de la película estadounidense musical “In the heights”, representando el gran talento dominicano en las artes internacionales.
Entre muchos de los murales de Angurria sobresalen los de mujeres en “rolos”, motivado porque su mamá tiene un salón de belleza y desde pequeño él ha visto esto, como un homenaje a la belleza dominicana.
El arte callejero lleva el nombre de este joven que ha participado en los principales festivales del mundo y se ha convertido en uno de los mejores muralistas urbanos.
El software es un arte
Aunque usted no lo crea, sí, el desarrollo de software se ha considerado parte fundamental de las industrias culturales y creativas.
Por si quedan dudas, al preguntarle al ingeniero en software, César Armando Pérez, si su carrera es un arte, ya que no tiene nada que ver con la pintura o la música, este respondió: “El hecho de tu escribir un código desde cero, que quede bien, limpio, fácil de leer, es lo mismo que ver un cuadro de un pintor famoso porque te exalta, te llena de emociones”.
Pero más allá de esto, esta carrera es parte de la economía naranja porque los servicios de conocimiento son exportados hacia otros países. Este es el caso de Cesar Armando, quien desde República Dominicana programa para una compañía con sede en Canadá.
César Armando opina que el arte conlleva mucha creatividad, lo mismo que para los ingenieros en software, ya que cada día ellos tienen que tener ingenio para crear soluciones tecnológicas de la nada, que sean eficientes y escalables.
Para él, los jóvenes dominicanos desarrolladores de aplicaciones y códigos han pasado de usuarios y consumidores de tecnologías a ser los creadores de ellas.
“Como país tenemos el deber de cambiar la idea de que lo único que exportamos son productos. Nosotros también exportamos el conocimiento, el arte, la cultura, lo que somos”, revela.