Mucho más activa que el promedio
La NOAA prevé una temporada ciclónica intensa o extrema en el Atlántico para el año 2013. Desde el 1995, el número de tormentas tropicales y de huracanes ha sido multiplicado por dos. Las causas principales son una monzón activa y un océano más cálido que lo normal…
En el 2013, la actividad ciclónica en el Atlántico había sido muy intensa. Nos acordamos del huracán Sandy que había provocado daños en Haití, Jamaica, Cuba y en toda la costa este de los Estados Unidos. Pero entre el 1er de junio y el 30 de noviembre de 2012, 19 tormentas tropicales se han desarrollado. Entre ellas, 10 se habían convertido en ciclones: más que el promedio, que es de 12 tormentas tropicales, 6 huracanes y 3 huracanes mayores.
La temporada 2013 también será agitada en la cuenca del atlántico. La NOAA NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) acaba de anunciar que existe una probabilidad de 70% que el año 2013 sea al menos tan activo como el 2012. Recordemos que una depresión tropical se convierte en huracán si los vientos alcanzan 62 km/h. Según las previsiones, unas 13 a 20 tormentas se formarán entre el 1ero de junio y el 30 de noviembre de 2013. Además, 7 a 11 de estas tormentas podrán convertirse en huracanes.
Este año, los modelos climáticos utilizados por la NOAA preven una monzón en África del Oeste más intensa que el promedio y un océano Atlántico más cálido que el promedio.
Aunque estas previsiones son alarmantes, se trata de una estimación del número de temporadas tropicales y no de sus trayectorias. Una actividad intensa no implica que ciclones alcanzaran las costas. Sin embargo, los expertos advierten que los impactos de los ciclones no siempre se limitan a las costas. Recordemos que Sandy, con sus lluvias, vientos e inundaciones afectó los territorios interiores también.
