Guía de Monte Cristi o Montecristi

Mapa de Monte Cristi o MontecristiMonte Cristi o Montecristi, la antigua ciudad de vanguardia

Montecristi es un territorio agreste y caluroso, sembrado de cambrones. Unos arbustos enmarañados cuyas semillas llegaron en la pelambre de camellos que quisieron ser introducidos a la región hacia finales del siglo pasado.

Sin embargo, en determinadas regiones es un oasis, cuyo verdor proviene de sus platanales enfrentados a un sol que cada día se torna más agresivo. Del cambrón, Montecristi ha ido desarrollando una próspera industria de carbón vegetal.

Esta árida región hoy día ofrece la posibilidad de participar en buceos profundos en búsqueda de tesoros perdidos en las entrañas de naves españolas que naufragaron en el siglo XVI.

Aunque parezca extraño, por su escasa actividad económica actual, Montecristi tuvo una época de auge en el último cuarto del siglo XIX.

La ciudad estuvo a la vanguardia en muchos de los adelantos que facilitan la vida: el primer acueducto, primer ferrocarril y teléfono. Se emprendió la gran tarea de desviar el cauce del río Yaque del Norte, que había perdido su curso inicial cuando el cataclismo de 1802, explica la profesora Mariana Aguilera en su obra Apuntes para una Historia de Montecristi.

Montecristi fue una ciudad próspera, que atraía gente no sólo de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata y otras comunidades, sino también a extranjeros (ingleses, franceses, españoles, chinos, estadounidenses, sudamericanos e isleños de las otras antillas, por lo cual funcionaban consulados de los países más importantes.

El progreso de Montecristi se debió –apunta la profesora Aguilera- entre otros factores a la existencia de la Casa Jiménez, cuyos propietarios estaban ligados a negocios establecidos en Europa…

Especialmente Alemania experimentó un auge en su desarrollo técnico e industrial. La industria textil y otras necesitaban las materias primas que existen en forma silvestre en la República Dominicana (campeche, guatapanal, aroma, etc.) y otras como miel, pieles, cera, etc. abrieron un mercado de exportación muy activo, que se completaba con el mercado de importación, constituido por productos manufacturados (telas, máquinas, lozas, zinc, zapatos, etc.).

La Casa Jiménez era propiedad, principalmente, de Juan Isidro Jiménez, quien luego llegaría a la presidencia de la República (1899 y en 1911); su hermana doña Emilia Jiménez y el esposo de ésta, Rafael Rodríguez Camargo. Esos dos hermanos eran hijos de Manuel Jiménez, quien fuera el segundo mandatario de la nación, en 1849.

Montecristi en 1906

Rodríguez Camargo era hijo de Ramón Rodríguez (El Gallego) y María Rosa Camargo. Su familia era una de las más ricas no sólo de Montecristi, sino del país.

Otro empresario importante en Montecristi fue el español Antonio Espín, quien consiguió la concesión para traer la primera locomotora al país y usarla en el transporte de troncos (traviesas) de campeche hacia el puerto.

Otras familias tenían negocios bien establecidos, entre ellas la Rivas. Y a casa de uno de sus integrantes, Román, según versiones, llegaban todos los días sacos llenos de dinero (onzas de oro, etc.).

El puerto tenía tanta actividad –se agrega en Apuntes para una Historia de Montecristi- que se consideraba entre los tres primeros del país. Para aminorar las distancias muchos moradores vivían junto al mar, en la hoy playa Juan de Bolaños, donde existía un pueblo con sus calles, tiendas, billares, etc..

Montecristi en 1906

El reloj público de San Fernando de Montecristi, es el símbolo de esta ciudad, fue construido por una iniciativa del venezolano Benigno Daniel Conde Vásquez quien recolectó los fondos para su adquisición.

Fabricado en Francia por el relojero Jean Paul Garnier, alcanza los 96 pies (30 metros). Inicialmente funciono en la ciudad francesa de Saint- Germain-en-Laye. Una vez llegado por vía marítima a dominicana, fue trasportado en tranvía hasta su lugar original, el Parque Duarte (antigua Plaza de Armas), donde fue instalado el 11 de marzo de 1895, siendo inaugurado el 29 de junio de ese año.

En las celebraciones de su inauguración estuvieron presentes el generalísimo dominicano Máximo Gómez y el apóstol cubano José Martí, quien expresó: Este reloj marcará muy pronto la hora de redención de Cuba.

La declinación económica de Montecristi comenzó con la disminución de la demanda de esas materias primas en Europa, dificultades de la Casa Jiménez, que el dictador Lilís obligó a que se escapara de las manos de su rival político, Juan Isidro Jiménez, y luego los problemas derivados de la I Guerra Mundial.

Playa de Montecristi

El Morro y sus playas

Ubicada casi bajo el nivel del mar, permite que el agua entre y se asiente en las terrazas construidas para atrapar la sal del agua evaporada, convirtiéndola en una de las principales productoras de sal del país.

La pesca es también otra de las fuentes de vida de la población, así como el ganado caprino.

Es una ciudad de historia y personajes de coraje y valentía. Allí está el Museo de Máximo Gómez, casa donde se dió el encuentro con el prócer cubano José Martí.

Dentro de sus atractivos está el Morro que es una loma con forma de camello echado, como un viejo sabueso cuidando el puerto de la ciudad de Montecristi y la Playa de Montecristi con arena áspera, rojiza y fuerte oleaje que pega contra el acantilado que se forma tras la loma de el Morro.

La playa en sí misma es un espectáculo impresionante, por la majestuosa bravura del mar.

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