“Dominicana Conectada” es una de las propuestas que se incluye dentro de la reforma a la transformación digital que busca el gobierno de Luis Abinader y que se espera debatir dentro del diálogo nacional en el Consejo Económico y Social.
Dicha propuesta tiene como objetivo implementar un Plan Nacional de Banda Ancha para conectar a todos los dominicanos y dominicanas al internet de banda ancha asequible como un medio para la inclusión social, el cierre de la brecha digital y el desarrollo de una economía digital nacional próspera que contribuya al desarrollo económico y social sostenible.
Para lograrlo, el gobierno pretende disponer de infraestructuras de banda ancha inalámbrica e inalámbrica en todo el territorio nacional, masificar los niveles de adopción y uso de banda ancha fija o móvil de calidad con especial énfasis en zonas rurales y sectores vulnerables financiados por el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones y las Alianzas Público-Privadas.
Asimismo asegurar la disponibilidad de aquellas infraestructuras en instituciones públicas de servicios esenciales.
La propuesta para la transformación digital también tocaría el sector económico, educación, ciberseguridad e innovación, a través de una serie de acciones que aporten al fortalecimiento tecnológico de estas áreas.
Para ello se promocionaría una cultura tecnológica, creando entornos digitales seguros y confiables, fortaleciendo el desarrollo de soluciones y herramientas TIC que apoyen los sectores económicos, impulsando negocios digitales y comercio electrónico, desarrollando competencias digitales en los estudiantes y docentes del sistema educativo preuniversitario y formando a los profesionales y técnicos en TIC.
El contexto de esta iniciativa se radica en la preparación de la República Dominicana para acelerar el desarrollo tecnológico a través de la Agenda Digital 2030, la cual es la estrategia país que establece los lineamientos para que las tecnologías digitales sean habilitadoras del desarrollo social y económico del país.
A lo anterior se añade la existencia de una brecha digital y de servicios de telecomunicaciones considerables entre segmentos poblacionales de distinta condición socioeconómica, geográfica (urbana y rural, y entre demarcaciones), generacional y de género.