La virtualidad se ha apoderado de nuestros estilos de vida, cultura, relaciones personales, oficinas y hogares. La virtualidad ya venía expandiéndose aceleradamente y la crisis planetaria de la pandemia hizo que ese ritmo se disparara estrepitosamente. La pandemia evidenció el vulnerable estado en el que se encuentra el sistema
educativo dominicano, lo vulnerable que es el sistema dominicano de seguridad social y de forma todavía más palpable esa brecha digital que separa a los dominicanos, una brecha que aleja a los dominicanos cada vez más de las oportunidades que merecen y que necesitan para conectarse, expresarse e insertarse laboralmente.
La pandemia, además de variantes de la enfermedad y millones de lamentables fallecimientos, trajo consigo severas desigualdades en el mercado laboral. Si bien el Plan Nacional de Vacunación que ha implementado el gobierno contribuyó con la reactivación de algunos sectores de la economía nacional, queda un reto por asumir en
materia de generación de empleos acordes con los nuevos perfiles contratables que demandan las empresas dentro y fuera de la República Dominicana. Sin adaptaciones urgentes el recurso humano será menos competitivo y menos atractivo para las contrataciones; por ese motivo es tan importante que nos adaptemos de forma más competitiva y atractiva, por lo tanto, el proyecto de ley de teletrabajo es una apuesta hacia un futuro próspero y más inclusivo.
Como Diputada por la provincia San Pedro de Macorís y nueva Vocera del Bloque del Partido Revolucionario Dominicano, he presidido la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados con un alto sentido de responsabilidad sobre las necesidades que experimenta actualmente el mercado laboral de la República Dominicana.
En el proyecto de ley que regula el tel-etrabajo en los sectores público y privado se mantienen los derechos individuales y colectivos contenidos en el Código de Trabajo de la República Dominicana, además el proyecto de ley estipula como requerimiento que el teletrabajo sea inteligible y definido mediante un pacto entre las partes.
La Red Nacional de Fomento al Teletrabajo es uno de los incentivos que ofrece el proyecto de ley para que las empresas privadas y las instituciones gubernamentales se adapten mejor a la Política Pública de Fomento al Trabajo y a la Estrategia Nacional de Desarrollo. El proyecto de ley de teletrabajo no solamente fomenta la contratación y los derechos laborales fundamentales, en el proyecto también se fomenta la equidad mediante la contratación de mujeres y de personas con algún tipo de discapacidad, se fomenta el descenso de la contaminación ambiental que produce la congestión del tránsito terrestre. Entre otras de las ventajas con las que cuenta el proyecto de ley es la oportunidad de empleo para ese dominicano que vive a las afueras de los centros urbanos y que gasta mucho dinero en pasaje; el proyecto de ley de teletrabajo es también una oportunidad de empleo para jóvenes interesados en aplicar para vacantes de empresas cuyas sedes están fuera del territorio dominicano y que invierten en el mercado local. El proyecto de ley de teletrabajo es también una oportunidad de crecimiento muy valiosa para los emprendimientos y las mipymes.
Tenemos que acoplarnos a la ola de transformaciones que el siglo XXI trae consigo y eso no solamente es un desafío para la República Dominicana, también lo es para la integración centroamericana. Los únicos Estados de la región que han avanzado en la aprobación de instrumentos regulatorios sobre el Teletrabajo son Costa Rica (2019) y Panamá (2020). Nuestra nación no puede quedarse rezagada ni desligarse de las nuevas características de la economía globalizada. El proyecto de ley que regula el teletrabajo es sin duda una de las piezas más importantes que se han estudiado en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. Como presidenta de esa comisión siento un profundo interés en que los dominicanos se instruyan y se informen al respecto.
Desde la Comisión de Trabajo seguiremos dando nuestro máximo esfuerzo por representar los intereses de la población y llevar a la Cámara de Diputados un instrumento que mejore las condiciones laborales de los dominicanos, que fomente el empleo, que reduzca las desigualdades y que nos permita adaptarnos mejor al siglo XXI y a los efectos que dejará la pandemia sobre nuestra economía.
