El maestro Darwin Aquino ha llevado su orgullo dominicano a cualquier rincón del mundo donde se ha presentado como director de orquesta, violinista y compositor.
Se llena de alegría al confesar que los arreglos sinfónicos de grandes composiciones criollas como “Compadre Pedro Juan” son recibidos entre aplausos en el extranjero.
En más de 25 años de trayectoria, el músico clásico de raíces banilejas ha sido director finalista de la Ashland Symphony Orchestra en Ohio. Además, director en residencia del Washington University, del Gateway Festival Orchestra y director de estudios orquestales de University of Missouri. Ahora es el director musical en St. Louis Philharmonic Orchestra.
El maestro Darwin Aquino, de 41 años, que reside en Saint Louis, EE.UU. vino a su tierra como director invitado al Festival Lírico del Caribe, el pasado 9 de mayo en la celebración del Día de Europa.
En una entrevista con Diario Libre, el reconocido director habló del amor por su tierra, sus influencias y los sueños por cumplir.
“Soy dominicano de pura cepa, muy conectado con la vida musical de mi país y siento que tengo un compromiso aunque viva en EE.UU. y esté desarrollando una carrera en Saint Louis; como director sinfónico, de ópera y compositor, siempre he sentido una gran sensibilidad de volver a mi tierra y dar lo mejor de mí para que el movimiento cultural dominicano siga adelante”, revela Aquino.
—¿Qué le pareció dirigir a esas promesas del canto lírico en el Festival Lírico del Caribe?
Yo feliz de retornar a mi país, un país al que le agradezco todo lo que soy como músico, y tener el privilegio de dirigir a siete brillantes cantantes del Caribe junto a la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil, que dirigí por 12 años. Fue como un gran reencuentro con todos los jóvenes de la orquesta más la experiencia de poder conocer a esos cantantes líricos. Volver a tu casa y aportar a la cultura es algo que me hace sentir maravillosamente bien.
—¿Cómo afectó la pandemia tu apretada agenda?
La pandemia ha afectado bastante todas las actividades culturales, especialmente los conciertos sinfónicos. De repente, y como director de orquesta, que tenía la agenda llena de actividades en Latinoamérica y Europa, me vi con la agenda vacía. Nos pusimos a hacer conciertos con mascarilla, con ensambles pequeños, a grabarlos y transmitirlos por Zoom o YouTube. Por eso estuve tan feliz de dirigir el concierto del Festival Lírico del Caribe y felicito al Ministerio de Cultura, a la Fundación Sinfonía y a la Unión Europea por permitirnos presentar un concierto en vivo. Cuando regrese a EE.UU. tengo seis conciertos sinfónicos al aire libre.
—¿Amas la música desde niño?
Se puede decir que sí. A los 6 años ya tocaba el violín y lo empecé a tocar de manera profesional a los 16. Hoy tengo 41 años y alrededor de 25 años de carrera. Mi familia es banileja, nací en Santo Domingo y mi padre fue mi inspiración, era músico y nos motivó a aprender a tocar instrumentos.
Mi formación como violinista fue en la Academia Dominicana de Música, luego empecé a estudiar composición musical y dirección de orquesta. Después viajé a Francia, donde estudié composición en el Conservatorio Nacional de Estrasburgo y luego a Miami e hice mi maestría en dirección orquestal en Florida Internacional University.
—Ha recorrido grandes ciudades del mundo como director sinfónico…
En Alemania, Costa Rica, Panamá, Uruguay, México… En el país fui director de la OSNJ por 12 años; del Conservatorio y de su orquesta, así como compositor residente y violinista de la OSN.
—¿Cuál artista clásico o popular le gustaría dirigir?
Hay tantos y de tanta calidad que seleccionar a una persona es difícil. Para mí sería un privilegio tener una colaboración con el maestro Michael Camilo. Siempre he admirado mucho todo lo que él ha aportado en nuestro país como compositor y pianista. Pienso que es un gran embajador nuestro. Del área popular siempre he admirado al maestro Juan Luis Guerra, me encantaría hacer una colaboración con JLG. Toda su música me encanta, dirijo mucha de su música en versión sinfónica. Sería algo genial en algún momento hacer algo con él.
—¿Y un sueño?
Me ha sido más fácil dirigir orquestas importantes y artistas de gran renombre internacional, pero no he sido invitado a dirigir la Orquesta Sinfónica de la República Dominicana. Eso me haría sentir orgulloso como dominicano y también validado por la trayectoria y el trabajo que hemos venido haciendo.
—¿Cómo es su relación con la Fundación Sinfonía?
Con la Fundación Sinfonía me unen innumerables proyectos a través de los años.
He dirigido muchos conciertos organizados por la fundación desde muy jovencito. Siempre me han apoyado y han dicho que sí a todas mis iniciativas. Hay una relación muy estrecha, desde la pasada presidenta, doña Margarita Copello y la actual, Margarita Miranda, son como familias mías.
Sugiere impulsar la formación musical desde las escuelas.