Según el Banco Central, por primera vez superan los US$10,000 millones en términos anualizados.
netario Internacional (FMI), contribuyendo a que República Dominicana mantenga una posición externa favorable con perspectivas de obtener un menor déficit de cuenta corriente en 2021, en torno al 1.6%.
A las remesas, señala el Banco Central, se les reconoce el impacto real que tienen sobre las finanzas familiares y en el aumento de la demanda interna, ya que quienes reciben estos recursos los utilizan, principalmente, para consumir alimentos y otros productos básicos.
Por lo general, los segmentos de más bajos ingresos son los que reciben la mayor cantidad de envíos de la diáspora.
Los datos, analizados de forma detallada, ofrecen información relevante más allá de sólo dar el número frío. Establecen dónde y por qué vía llegan las remesas, así como la cantidad aproximada. El informe del Banco Central también detalla el monto exacto que llega desde Estados Unidos, que es el principal emisor.
De los US$5,263.1 millones reportados en remesas familiares en los primeros seis meses de este año, US$4,473.6 millones fue desde Estados Unidos (85%), lo que representa un aumento neto de US$1,519.9 millones frente a los US$2,953.7 millones de igual período de 2020, para un 51.5%. Desde España, el segundo país por el monto de envíos, llegaron US$363.2 millones en el primer semestre de 2021 y US$239.8 millones en enero-junio del año pasado. Los datos están calculados en base los porcentajes que publica el Banco Central en su informe cortado a junio.
Haití e Italia (0.9%), con US$47.4 millones cada uno, están en tercer lugar desde donde los dominicanos envías más remesas a sus familias. El resto de países, en lo que compete a este año, enviaron US$331.6 millones, es decir, un 6.3%.
De acuerdo con datos del Banco Central, de los US$869.8 millones en remesas durante junio, US$739.3 millones, aproximadamente, fueron enviadas desde Estados Unidos, mientras que US$60 millones las enviaron desde España. Desde Haití e Italia llegaron US$7.8 millones y desde el resto alrededor de US$54.8 millones.
Por provincia, establecen las estadísticas, el Distrito Nacional recibe alrededor del 33.5% de las remesas, lo que significa que en junio fueron US$291.4 millones. Con un 14.6%, Santiago es la segunda provincia por el monto de recibido en el mes de referencia, equivalente a US$127 millones. Luego está Santo Domingo (8.1%) con US$70.5 millones, seguida de Duarte con US$51.3 millones, para un 5.9%. A La Vega ingresaron US$33.9 millones en remesas en junio, lo que equivale a un 3.9% en este mes. Peravia y Puerto Plata, con US$29.6 millones y US$26.1 millones, respectivamente, son las otras provincias que siguen en orden de importancia por el monto recibido. Ambas equivalen al 6.4%.
Los datos establecen que el resto de la región Norte recibió un 14% de las remesas de junio, es decir, US$12.1 millones. En el Este fueron US$63.5 millones, un 7.3%, mientras que las demás del Sur sumaron US$55.7 millones, equivalente a un 6.4%.
¿Por dónde?
Las instituciones financieras y las empresas remesadoras compiten desde hace muchos años por este mercado. A través de los bancos se canalizaron US$148.3 millones en junio de 2020, mientras que en este mes de 2021 fueron US$158.3 millones. La mayoría, según los datos, sigue fluyendo a través de las tradicionales compañías de remesas. Con un 79.9%, por esta vía llegaron US$589.6 millones en junio de 2020 y US$711.5 millones en igual mes de este año, para un 81.8%.
Según destaca el Banco Central, los US$869.8 millones que ingresaron como remesas en junio superan en US$131.9 millones a las registradas en junio de 2020. “Es bueno resaltar que, comparando con junio de 2019, año previo a la pandemia, las remesas de junio 2021 exhibieron un crecimiento de un 48.2%, unos US$282.8 millones más”, señala la entidad, que indica que en el primer semestre llegaron US$1,788.2 millones más que en enero-junio de 2020.
La institución subraya que, indudablemente, la mejoría de las condiciones económicas de Estados Unidos es uno de los principales factores que sigue incidiendo sobre el comportamiento de las remesas, ya que desde ese país provino el 85.0 % de los flujos de enero-junio, donde residen más de dos millones de personas de origen dominicano, según la Oficina del Censo de esa nación.
Un estudio la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), titulado “Fomento de la inversión de las remesas familiares en cadenas de valor: estudios de casos de El Salvador, Guatemala y República Dominicana”, señala que los flujos hacia los países de la región terminarían 2020 en US$33,950 millones, un crecimiento del 8% respecto a 2019.
“Si bien este incremento es contrario a un escenario de sensible reducción que se había anticipado a inicios de 2020 por causas de la pandemia por covid-19, los flujos de remesas a la subregión mostraron en general un menor dinamismo que el observado en años previos, salvo en el caso de República Dominicana en donde incluso crecieron a un ritmo acelerado”, resalta la Cepal.
Según el organismo regional, el incremento de los flujos de remesas a Centroamérica y República Dominicana es un resultado notable dada la adversidad de la situación y ha representado uno de los pocos factores de alivio o mitigación efectiva en las condiciones críticas de la pandemia.
Señala que Guatemala continúa siendo el principal receptor de remesas entre los países de la región, con una tercera parte de los flujos anuales totales. En segundo y tercer lugar se ubican República Dominicana (24%) y El Salvador (17%).
Reinversión
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) destaca que, si bien la mayor parte de las remesas que reciben los hogares se destinan a cubrir necesidades inmediatas, como alimentación, salud y vivienda, existe la oportunidad de dirigir una parte de estos recursos a actividades productivas generadoras de ingresos.
La institución regional, en el documento titulado Fomento de la inversión de las remesas familiares en cadenas de valor: estudios de casos de El Salvador, Guatemala y República Dominicana, elaborado por Ramón Padilla Pérez, Federico Stezano y Francisco Villarreal, identifica una mayor diversidad de factores que inciden en la relación entre inclusión financiera, inversión de remesas y desarrollo productivo, explica el texto.
Estas son las seis lecciones que resultan del diseño y la ejecución de los tres casos de estudio:
Una primera lección aprendida alude a la necesidad de diseñar e implementar políticas públicas decididas, que fortalezcan las capacidades técnicas, gerenciales y financieras de los pequeños productores rurales, puesto que la inversión de las remesas en cadenas de valor no sucede de forma automática.
Una segunda lección indica que los receptores de remesas tienen en promedio una mejor inclusión financiera y condiciones de inserción productiva que los no receptores, lo que muestra el potencial de un mayor uso de las remesas familiares para el escalamiento de cadenas de valor.
La tercera lección plantea la relevancia de desarrollar modelos comercialmente sostenibles que permitan extender y adaptar los servicios financieros a las necesidades de los pequeños productores rurales, en particular, y de quienes tienen menores ingresos.
La cuarta se relaciona con el hecho de que, aunque existen oportunidades para aumentar la cantidad de remesas que se dirigen a actividades generadoras de ingreso, las inversiones necesarias para mejorar las perspectivas de inserción productiva requieren recursos complementarios. Esto implica fomentar la asociatividad entre pequeños productores, así como facilitar el acceso a recursos financieros en condiciones adecuadas.
La quinta lección parte del reconocimiento de que el uso de las remesas familiares es estrictamente personal. De esta manera, las políticas públicas deben orientarse a crear incentivos y proporcionar facilidades para que los receptores encuentren ventajas en la inversión de una porción en el fortalecimiento de cadenas de valor, en lugar de darles cualquier otro uso. Un incentivo clave que puede proveer el sector público es ofrecer recursos financieros como contraparte del monto de remesas invertidas, es decir, por cada peso o dólar invertido por parte de los receptores, el gobierno dona o financia a tasas preferenciales un monto proporcional.
Una sexta lección se refiere a la metodología seguida. El enfoque de cadenas de valor permite identificar espacios específicos de inversión de una porción de las remesas para el escalamiento de las cadenas. Asimismo, permite diseñar estrategias de intervención públicas focalizadas para apoyar y promover el proceso.
“En los tres casos de estudio las características sociodemográficas están positivamente asociadas con una mayor inclusión financiera de los individuos. Entre ellas se incluyen la edad, la escolaridad y el ingreso del hogar”, señala el estudio.
No obstante, señala el estudio de la Cepal, el análisis de estas características evidenció un fuerte sesgo negativo a la inclusión financiera de las mujeres. Este aspecto ratifica la relevancia de diseñar productos y estrategias de acercamiento con perspectiva de género y orientados a atender grupos tradicionalmente excluidos, concluye el documento.