Gracias a la producción de cacao la República Dominicana mantiene una importante participación en el mercado mundial de las materias primas, después de haber perdido otras posiciones tradicionales importantes como exportadora de café y azúcar:
Por supuesto, países pequeños como este no puede competir en términos de volumen con los grandes productores de cacao como Ghana y Costa de Marfil, que juntos producen más del 60% de la cosecha mundial de cacao. Pero en contraste con ellos, la República Dominicana ha identificado la base genética de sus plantaciones, usando mucho menos productos químicos, resultando sus plantaciones más inofensivas y sanas por falta de parásitos.
Todos estos factores han hecho posible la implantación de una producción orgánica que ha logrado introducirse en los mercados selectivos de Europa, Asia y América del Norte.
En efecto, en 2019 el país registró una exportación igual a 31.615 toneladas de cacao orgánico en grano. Para el período 2020-2021 se prevé alcanzar las 39.000 toneladas.
Pero a los agricultores locales no les sirve de nada que la República Dominicana ocupe el primer lugar en la exportación de cacao orgánico a nivel mundial y que esté incluida en el grupo seleccionado de los 15 países del mundo reconocidos como productores de cacao gourmet, si las condiciones de vida de sus productores siguen siendo miserables.
Resulta irónico que el esfuerzo de pequeños agricultores sea uno de los factores más importantes de esta actividad (que garantiza a la nación una significativa cantidad de dólares, imprescindibles para su desempeño económico.
El Consejo Europeo ha adoptado una resolución en la que se le pide a la Comisión y a los Estados miembros que tomen las medidas necesarias para que la Unión Europea pueda desempeñar un papel más activo en este ámbito.
El 60% de todo el cacao cultivado en República Dominicana se comercializa a través de intermediarios y financiado a menudo incluso a través de usureros; esto significa que la mayor ganancia de los pequeños productores permanece en manos de personas que nada tienen que ver con los esfuerzos que requiere esta actividad; y las grandes compañías exportadoras de cacao no quieren ver la mas allá de sus propios intereses.